Pensando en dejar de soñar
Pensar no es bueno. Aún me acuerdo de esos ojos verdes, asomados por la ventana. Iba a emprender un largo viaje, un viaje improvisado. Y de repente ya no, ya no pude, porque esos ojos me hablaban, como nunca unos ojos me han hablado. Aún me acuerdo del miedo que sentí.
Tenía la sensación de que iba a morir, pero tanto si decidía irme como si no. Se me heló la sangre. Y no podía dejar de mirarla. Ahí, flotando en el aire, con su bestido blanco y su pelo rubio. Y sus ojos que me llevaban a lo profundo, no se dónde, pero muy lejos, no quería estar allí. No podía escapar, parecía mi destino, que me decía que las cosas irían mal. Un destino de ojos verdes.
Menos mal que hoy, bajando por un acantilado no me caí.
2 Comments:
Te expresas de lujo, y es increíble la forma en la que plasmas los sentimientos. Ahora bien, tienes unas faltas de ortografía bestiales. Jejeje. Muy bueno el blog.
Lo de las faltas de ortografía es un sino que me perseguirá siempre, me temo...
Gracias, me alegro, es tremendo que opines así.
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