Ya estamos aquí...

Ya estamos aquí sí... y hace más de una semana... No puedo evitar seguir acordándome todos los días... Estaba tan agusto allí... Ahora puedo decir que realmente entiendo lo que significa la palabra "escapada", porque allí me sentía como en casa... pero mejor, porque estaba lejos de muchas cosas. Al coger ese tren y ponerme a dormir, desperté mucho más lejos de lo que yo pensaba y mucho más lejos de todo de lo que quería huír.

Y fue más que eso. Que bonita la ciudad, realmente. Y cuando escarbabas lo suficiente para poder apartar a los guiris de los granadinos, te dabas cuenta de que estos eran buena gente, la verdad que mu maja. Lo que más me gustó fue el Albahicín, pero no es de extrañar, parece un pueblecín con las casicas y las callecicas tan monas... che, que majas... Pero claro, la Alhambra, con la que ocupamos casi todo nuestro primer día, mereció la pena también, a pesar del sol que nos pegó, que llevábamos un cansancio que sólo puede apreciarse en la foto de aquí debajo...

Y que decir tiene que el centro también me encantó, con esa pedazo de heladería, de la que siempre me acordaré, y de ese dependiente que pensaba que éramos de sudamérica, ni más ni menos... porque no teníamos ese pedazo de acento granadino... que, joder... me encantoooooooooo!!!! Me enamoré de él... del acento.... digo, no del dependiente... jur... Que para enamorarse de veras estaba el socorrista de la pisci del hotel, que con creces se ganó esa foto con el pedazo de zoom. Y esas tiendecitas árabes, esas plazas y esos gazpachos...

Realmente no se que es lo que tiene Granada, que me hizo sentir tan como en casa... cuando al fin me aprendía los recorridos y no me hacía falta sacar el mapa, tenía la sensación de que nunca lo había sacado. Cuando íbamos al bar y nos ponían la tapita reglamentaria, me sentía como si siempre las claras hubieran ido acompañadas así. Cuando salíamos a la calle y hacía ese calor, pero a pesar de todo no sudabas, parecía como si nunca hubiera habido tan poca humedad... por eso quizá he estado una semana en la que no soportaba el calor de aquí. AAAAAAAAAAhhhhhh, ahora no soporto nada de aquí... jejeje.

Pues sí, ya estamos aquí, joooooo... Pero yo en alma sigo allí.

Volveremos chata... Cada vez que nos bebamos un nesti, cada vez que nos sentemos en una terracita nueva, cada vez que veamos un botellón como dios manda, cada vez que suba una cuesta, cada vez que... Pero al final volveremos de verdad.